buscando los caminos que nuestros pies pisaron;
mirando, recordando como cosa perdida,
esos aromas que nuestra vida animaron.
Amores que en su tiempo fueron eternos,
amigos entrañables que hace tiempo partieron;
paisajes y colores que recordamos serenos,
como cuadros al óleo que nuestra alma nutrieron.
Desandando esas vueltas del tiempo
que los años vividos tejieron en el alma;
esos viejos caminos que se ha llevado el tiempo
y que al desandarlos nos llenan de calma.
Sentado en aquel parque escuchar una risa
y el sonido despierta el recuerdo de un rostro;
ese rostro anhelado que la mente desliza
y que en su momento amaste como a ningún otro.
La escuela, los amigos, tantas cosas vividas,
que desandando el tiempo con cariño revives;
desandar con la mente tantas causas perdidas
y que ahora añoras y sientes que las vives.
Desandando en el tiempo esos tiernos momentos…,
desandando las horas que juntos compartimos;
la copa de aquel vino que extraño con lamentos,
las horas de romance en que nos perdimos.
Cuando al fin no podamos desandar los recuerdos,
será que habremos muerto, o en camino de hacerlo;
pero en tanto estemos cuerdos,
desandemos nuestra vida, felices de verlo.
Caminando hallaremos unos nuevos amores,
nuevas amistades que nuestra alma enriquezcan;
vivamos nuestros años sin albergar temores,
hollando estos caminos, por nuevos que parezcan.
Sergio A. Amaya SantamaríaEnero de 2011
Ciudad Juárez, Chih.